Martes 9 de Septiembre de 2025

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OPINIÓN

9 de septiembre de 2025

Paliza electoral y riesgo país

Paliza electoral y riesgo país

El Gobierno sufrió una aplastante derrota en la Provincia de Buenos Aires. Axel Kicillof es el gran ganador de la elección por haber desdoblado la elección, contra la opinión de otros sectores internos, logrando la unidad del espacio y permitiendo vehiculizar un triunfo que es un fenomenal voto castigo al Gobierno Nacional, antesala de una elección nacional de octubre que ya no parece un paseo para el oficialismo, como parecía ser hasta julio. Un peronismo que no gana una elección legislativa en la Provincia de Buenos Aires desde 2005.

Lo sucedido debería inducir al Gobierno a una reflexión profunda sobre la necesidad de hacer un viraje de 180 grados en la política económica. Con el dólar cripto hoy domingo en ascenso de 1370 a 1420, lo importante es quien es el responsable de lo que ocurrió con la economía y en particular de lo que va a suceder desde ahora.
Analicemos los hechos. La estrategia económica hasta el presente, implicaba mantener como se pueda la estabilidad cambiaria y de precios para llegar a octubre como sea.

Lo cierto es que se sumaron en estos meses los problemas estructurales de una economía estancada afectada por el ajuste económico y por una combinación letal: la apertura de la economía y un tipo de cambio atrasado que destruye el aparato productivo y genera una presión estructural sobre las reservas que se pierden por diversos canales.

A pesar del acuerdo con el FMI, el riesgo país no ha parado de subir en estos meses, superando los 900 puntos volviendo a los niveles de abril, en un contexto donde los países de la región han bajado el riesgo país en el mismo período.

El riesgo país subió en Argentina 339 puntos en 2025 a contramano de lo ocurrido con diversos países de la región donde el riesgo bajó sostenidamente.

Esto se debe en que el país consumió los desembolsos recibidos del FMI (u$s 14 mil millones) a través de la compra de divisas de las personas que de mediados de abril a julio (no se dispone aún con las cifras oficiales de agosto) demandaron una cifra algo superior (u$s 14.730 millones). A este drenaje de reservas se le suma lo que se fuga por pago de servicios, turismo e intereses de la deuda, en una economía con bajas reservas y ausencia de crédito externo.

Qué factores dispararon el riesgo país

Así el riesgo país expresa no solo problemas de arrastre de la Argentina sino además cuatro factores tan negativos como cruciales:

1) La ausencia de una política económica consistente que no sea llegar a octubre como sea.

2) Una mala praxis monetaria notable en los últimos dos meses que agravaron los problemas existentes.

3) Un aislamiento político, con un ninguneo a parte de la oposición dispuesta a apoyar, lo que se traduce no solo en pérdida de votaciones, sino que obliga al impulso de proyectos opositores para compensar una estrategia oficial tan ineficiente económicamente como cruel socialmente y a rechazar los vetos a dichos proyectos.

4) Los escándalos de corrupción, todo lo cual licúa el capital político del Gobierno, su legitimidad de ejercicio y consenso popular y por ende deteriora las expectativas influyendo negativamente en la economía.

Este conjunto de factores, especialmente los tres últimos que pesaron fuerte en los últimos dos meses, redujeron la probabilidad de que el Gobierno llegue con margen a octubre, poniendo en crisis la política cambiaria y en especial la credibilidad de la banda cambiaria, aumentando la expectativa de devaluación lo que genera más presión en el sector externo de la economía.

Fuera entonces de los problemas de fondo y de los problemas políticos, hablamos de los daños autoinfligidos por una catarata de errores de política monetaria y cambiaria cometidos en los últimos dos meses.

Luego del buen dato de inflación de junio, Milei le ordena a Caputo desarmar las letras que emitía el Banco Central, las LEFI para captar la liquidez de los bancos, letras hijas y nietas de las Lebacs que colapsaron en la gestión anterior de Caputo y Sturzenegger y las Leliqs. La admisión de Caputo responsabilizando al Presidente de tal craso error es algo insólito e inédito en la vida política del país. El fusible poniendo en riesgo toda la instalación para no serlo.

Los bancos lejos de ofrecer más crédito, o aumentar su exposición a deuda pública con la liquidez excedente, obligaron al Gobierno a subir los encajes bancarios al 53% valor inédito desde principios de los años 90. Esto provocó una brutal suba de las tasas de interés que frenó aún más la economía, desacelerando el crédito y aumentando la mora crediticia en 5,3% del total el valor más elevado desde la crisis global de 2009.

Esta suba de tasas fue impulsada por un Tesoro que no lograba renovar los vencimientos de la deuda y obligó a los bancos a suscribir letras para constituir los encajes. Aún así las tasas llegaron al 75% anual, triplicando la inflación esperada para el año. La mayor tasa real del mundo encareciendo a su vez el pago de intereses y profundizando el déficit financiero que bien medido llega al 7% del PBI y que se financia en parte con emisión monetaria.

Todo esto no impidió la presión dolarizadora. El Gobierno que no quiso comprar reservas "baratas" cuando el tipo de cambio tocó 1100 en el segundo trimestre con la liquidación de la cosecha, las compró caras en julio-agosto por arriba de 1350 cuando ya la demanda dolarizadora estaba en fuerte ascenso. Así tuvo que limitar la posición en dólares de los bancos intervenir masivamente en todos los mercados perdiendo una cifra importante en futuros. Cifra que podría haber sido aun mayor sino prohibía a los bancos comprar dólares el último día hábil de agosto.

El equipo económico apostaba a los flujos especulativos de corto plazo para frenar el tipo de cambio, pero la presión continuó en septiembre. Un equipo económico nunca debe presumir como ocurrió con tantos ministros que dijeron con diferentes palabras "el que apuesta al dólar perderá".

El alarde de "comprá campeón" y el grito de "flotaaa", actos de soberbia que fueron impiadosamente contestado por el mercado. No puede flotar un barco perforado con malos timoneles en aguas embravecidas.

No solo que quien compro dólares ganó, sino que el Gobierno debió anunciar ventas por debajo del techo de la banda en la semana previa a las elecciones bonaerenses. Una pésima señal que refleja el estado del arte, luego de dos meses de graves errores, de cambios constantes en las reglas del juego que agravan la incertidumbre, pero necesario como manotazo de ahogado, para que el tipo de cambio no llegue al techo de $ 1460 antes de las elecciones del 7 de septiembre.

El resultado de los cuatro factores señalados dos políticos y dos económicos fatalmente entrelazados resulta en una mayor recesión, una crisis cambiaria, un rebrote de la inflación y mayores expectativas de devaluación.

Hay un riesgo país entonces que no es un "riesgo kuka". El Gobierno tratará de instalar una campaña del miedo para revertir el desastroso resultado en la Provincia de Buenos Aires. Pero el riesgo país, se genera por una política de un gobierno que se debilita por sus propios latrocinios, que tiene un plan inconsistente, que acumula serios errores y por ende que pierde legitimidad. Si el Gobierno tuviera un plan económico consistente y que tuviera sensibilidad social, conciliando virtuosamente crecimiento y equidad lo que garantiza crecimiento de largo plazo, no solo sería validado en las urnas, sino que el riesgo país bajaría o cuanto menos no se alteraría por un resultado electoral, señal de vulnerabilidad a un año y nueve meses de ser Gobierno con lo que ya no puede echarse la culpa a la "pesada herencia", a quien no gobierna ni a un hipotético futuro.

La escasa posibilidad de que el Gobierno efectúe autocrítica y haga las correcciones políticas y económicas necesarias para relanzar la gestión, hacen suponer una mayor volatilidad cambiaria y financiera desde el 8 de septiembre. El Gobierno puede en el mejor de los casos llegar con "muletas" a octubre, pero no hay analista ni inversor que crea que el actual esquema cambiario es sostenible más de 45 días y eso gatillará una presión cambiaria adicional desde hoy lunes.

El riesgo país no financiero

Lo grave es que el mayor riesgo país no es el financiero. Sin desconocer los riesgos fiscales, cambiarios y de una deuda creciente que no es sustentable con este esquema de política, el mas grave riesgo país es el de el autismo político ante el deterioro de la salud, educación, la crisis del aparato productivo, la mayor deuda social. El descuido de la infraestructura vial, de transporte, la desinversión en energía, la destrucción del sistema científico y tecnológico son un riesgo país potencial infinito debido a los cuantiosos recursos que demandará revertir la destrucción económica y social que genera esta política, no solo en el presente sino a futuro.

El Gobierno debe hacer un giro copernicano, abandonando derivas violentas y autoritarias, separando a los funcionarios corruptos, convocando a un diálogo político a un acuerdo social, formulando un Plan de Estabilización y un Plan de Desarrollo que implique un Pacto de Mayo que no sea un esquema de una sola facción, tan extremo como destructivo, sino un plan que potencie la soberanía nacional, cambie la inserción internacional subordinada, proteja el mercado interno, recomponga los ingresos populares y genere incentivos a la producción , efectuando las inversiones necesarias para poder crecer.

Esperablemente el Gobierno no escuchará razones para evitar el precipicio, con serias perspectivas de mayores desbordes institucionales y una creciente mala praxis económica, en tal caso el riesgo institucional económico y social será muy grave.

Todo esto obliga a la principal oposición a estar preparada para generar en forma urgente un amplio consenso atrás de un programa económico integral y consistente, superando personalismos e internismos, falencias del pasado no completamente superadas. Un plan que retome los valores humanos, restaure derechos, recupere la esencia nacional y popular, revierta errores y horrores cometidos entre 2020 y 2023, agravados desde fines de 2023, conciliando una mayor productividad y rentabilidad de los sectores económicos con un combate frontal a la indigencia y pobreza, avanzando en un sendero para lograr una sociedad más equitativa.

La oposición deberá así, actuando racionalmente esquivando provocaciones construir un camino que baje todos los riesgos del país, tomando la responsabilidad institucional que le compete, para poder actuar rápidamente, si corresponde, en el marco del estado de derecho, ante los serios riesgos integrales de los tiempos que vendrán.

Por Alejandro Vanoli para Ámbito.
Fuente: El Liberal

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