POLITICA
15 de septiembre de 2025
La intransigencia de Javier Milei y la contraofensiva del Congreso: el gobierno enfrenta días cruciales

La derrota aplastante que sufrió en las urnas bonaerenses el domingo pasado colocó al gobierno de Javier Milei en un punto de inflexión que abre interrogantes inquietantes sobre el futuro de su gestión.
La caída electoral de La Libertad Avanza en la principal provincia del país tensionó a los mercados, desnudó su fragilidad política y destapó las cruentas peleas internas que carcomen al oficialismo.
En este estado de situación el presidente Javier Milei optó por fingir demencia y no solo mantuvo sin cambios su elenco gubernamental, sino que decidió arremeter una vez más contra el Congreso, a sabiendas de que enfrenta una batalla perdida.
Después de la derrota bonaerense, Milei optó por dar la señal de seguir atado al mástil del superávit fiscal y de la lucha contra la inflación, pese al reclamo creciente de amplios sectores sociales de que no llega a fin de mes.
La intransigencia quedó evidenciada con recientes vetos a las leyes de financiamiento universitario (en la jornada previa al Día del Maestro) y de declaración de emergencia en pediatría, así como el veto a la ley de distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que habían impulsado las provincias. No importa cuál es la magnitud del impacto fiscal que esas normas tengan, lo que importa es el mensaje de que el rumbo no se modifica.
Ante la ofensiva del Gobierno, la oposición en la Cámara de Diputados, con el aval de la mayoría de los gobernadores, responderá con una sesión especial el próximo miércoles en la que procurará insistir con las leyes sobre financiamiento universitario y de salud pediátrica. Ambas fueron aprobadas en su momento por amplia mayoría en ambas cámaras, aunque la oposición deberá reunir dos tercios de los votos para doblegar al oficialismo.
Será la primera demostración de fuerza que realizarán los opositores tras la derrota libertaria del domingo pasado. Con los médicos residentes del Hospital Garrahan y docentes universitarios en las calles, los opositores creen que, tal como sucedió cuando se rechazó el veto a la ley de Discapacidad, se podría recrear un clima social similar que sirva de presión sobre los legisladores aún dudosos.
El panorama se presenta complejo para el oficialismo, que viene de sufrir una seguidilla de derrotas en ambas cámaras del Congreso. Con el agravante de que, tras la debacle electoral en Buenos Aires, cada traspié que sufra en el plano legislativo podría poner en tela de juicio la gobernabilidad a futuro.
En la cúpula de la Casa Rosada no dramatizan. Enfatizan que, pese al impacto de la derrota, la tormenta financiera que se insinuó al día siguiente de la elección dio tregua con el correr de la semana. Lejos están de disiparse las nubes, pero al menos el nerviosismo se apaciguó, no sin antes mediar un reconocimiento tácito del equipo económico de algunos errores que sólo contribuyeron a caldear el ambiente en la previa de las elecciones bonaerenses. El famoso apretón monetario se aflojó y la pelea con los bancos entró en cuarto intermedio.
Milei confía en que, mientras se mantenga a raya el dólar y la inflación, todavía hay chances de ganar en las elecciones de octubre. De ser así, nuevamente recompondrá su autoridad y, con ella, el tejido político de aliados —incluidos los gobernadores— que le permitirá afrontar la segunda parte de su gestión, deslizan en la Casa Rosada.
Fuente: Aire Digital

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